En el caso de determinadas patologías es necesario realizar adecuaciones dietoterápicas para indicar la carne de pollo de la forma más conveniente a cada paciente (consistencia, volumen, densidad calórica, temperatura, aspecto sensorial y tejido conectivo). En la Tabla de se detallan adaptaciones dietóterapicas de la carne de pollo para obesidad, diabetes, dislipidemias, hipertensión arterial, diarrea y anemia ferropénica.
FÍSICOS.
Consistencia y Digestibilidad. La consistencia hace referencia exclusivamente a la consistencia externa del alimento o preparación. Se refiere a la textura y al poder de masticación en la alimentación oral3. La consistencia del pollo se adecúa de acuerdo al objetivo del plan alimentario.
Podemos generar cambios en la consistencia del pollo mediante técnicas de cocción (calor húmedo o calor seco) y la utilización de porciones enteras (presas de pollo) o su subdivisión mediante procedimientos mecánicos1 al cortarlo o procesarlo por ejemplo. La digestibilidad hace referencia al comportamiento de los alimentos o preparaciones a nivel gástrico3. Para dar mayor sensación de saciedad a la preparación (ej. OB), se maneja una consistencia aumentada que exija masticación y de difícil disgregación gástrica. En cambio, se utiliza una consistencia disminuida para obtener una preparación que facilite el proceso digestivo (ej. DA). Volumen. Para generar saciedad, se busca un volumen aumentado el cual produce mayor secreción, mayor tiempo de permanencia gástrica y por lo tanto, mayor sensación de saciedad3, por el contrario se requiere un volumen disminuido para aquellas situaciones que existe falta de apetito o se necesite facilitar la digestión gástrica. Este volumen se adapta a cada caso particular teniendo en cuenta las cantidades indicadas y las combinaciones con otros alimentos. Densidad calórica. Se necesita lograr una densidad calórica baja (0.7-0.8)3 para otorgar saciedad a través de las preparaciones (ej: el tratamiento para OB). La carne de pollo se adecúa muy bien en estos planes debido a su contenido de calorías (165 Kcal % en pollo cocido)2 el cual se puede acompañar con vegetales de tipo A o Ba para obtener preparaciones bajas en densidad calórica. Por el otro lado, se necesita una densidad calórica alta (1.3)3 para situaciones en las cuales se requiera vehiculizar una importante cantidad de calorías en poco volumen (ej: pacientes desnutridos, bajo apetito). Para ello, se puede acompañar al pollo en preparaciones enriquecidas con cereales o vegetales tipo Cb y sustancias grasas –de acuerdo a las posibilidades del plan alimentario-.
Temperatura. Los alimentos calientes retardan la evacuación por aumento de la secreción gástrica, aumentando de esta forma el valor de saciedad3. Por ello, se indican preparaciones calientes para el tratamiento de OB (aunque no extremadamente calientes porque pueden erosionar mucosas esofágicas y gástricas). Por el contrario, se busca una temperatura templada en el tratamiento de patologías digestivas para facilitar el trabajo digestivo (ej. DA).
QUÍMICOS.
Aspecto sensorial (sabor y aroma). En base al objetivo buscado se utilizan técnicas de preparación para concentrar o disminuir las sustancias extractivas presentes en el interior de los alimentos, muchas veces responsables de su propio sabor, así como el manejo o no de los condimentos a utilizar3. La condimentación se ajusta de acuerdo a cada situación, por ej. para el caso del tratamiento de OB, no se debe abusar ni aportar una condimentación excesiva, ya que este actuará como estimulante del apetito desde la fase cefálica3. Tejido conectivo. El pollo es una de las carnes que presenta menos tejido conectivo6. Esto hace de este alimento una ventaja fundamental a la hora de progresar dietas sin tejido conectivo a aquellas con tejido conectivo a predominio de colágeno, que de acuerdo a tolerancia se brindará al principio modificado por subdivisión (ej: DA)5.
FÍSICOS.
Consistencia y Digestibilidad. La consistencia hace referencia exclusivamente a la consistencia externa del alimento o preparación. Se refiere a la textura y al poder de masticación en la alimentación oral3. La consistencia del pollo se adecúa de acuerdo al objetivo del plan alimentario.
Podemos generar cambios en la consistencia del pollo mediante técnicas de cocción (calor húmedo o calor seco) y la utilización de porciones enteras (presas de pollo) o su subdivisión mediante procedimientos mecánicos1 al cortarlo o procesarlo por ejemplo. La digestibilidad hace referencia al comportamiento de los alimentos o preparaciones a nivel gástrico3. Para dar mayor sensación de saciedad a la preparación (ej. OB), se maneja una consistencia aumentada que exija masticación y de difícil disgregación gástrica. En cambio, se utiliza una consistencia disminuida para obtener una preparación que facilite el proceso digestivo (ej. DA). Volumen. Para generar saciedad, se busca un volumen aumentado el cual produce mayor secreción, mayor tiempo de permanencia gástrica y por lo tanto, mayor sensación de saciedad3, por el contrario se requiere un volumen disminuido para aquellas situaciones que existe falta de apetito o se necesite facilitar la digestión gástrica. Este volumen se adapta a cada caso particular teniendo en cuenta las cantidades indicadas y las combinaciones con otros alimentos. Densidad calórica. Se necesita lograr una densidad calórica baja (0.7-0.8)3 para otorgar saciedad a través de las preparaciones (ej: el tratamiento para OB). La carne de pollo se adecúa muy bien en estos planes debido a su contenido de calorías (165 Kcal % en pollo cocido)2 el cual se puede acompañar con vegetales de tipo A o Ba para obtener preparaciones bajas en densidad calórica. Por el otro lado, se necesita una densidad calórica alta (1.3)3 para situaciones en las cuales se requiera vehiculizar una importante cantidad de calorías en poco volumen (ej: pacientes desnutridos, bajo apetito). Para ello, se puede acompañar al pollo en preparaciones enriquecidas con cereales o vegetales tipo Cb y sustancias grasas –de acuerdo a las posibilidades del plan alimentario-.
Temperatura. Los alimentos calientes retardan la evacuación por aumento de la secreción gástrica, aumentando de esta forma el valor de saciedad3. Por ello, se indican preparaciones calientes para el tratamiento de OB (aunque no extremadamente calientes porque pueden erosionar mucosas esofágicas y gástricas). Por el contrario, se busca una temperatura templada en el tratamiento de patologías digestivas para facilitar el trabajo digestivo (ej. DA).
QUÍMICOS.
Aspecto sensorial (sabor y aroma). En base al objetivo buscado se utilizan técnicas de preparación para concentrar o disminuir las sustancias extractivas presentes en el interior de los alimentos, muchas veces responsables de su propio sabor, así como el manejo o no de los condimentos a utilizar3. La condimentación se ajusta de acuerdo a cada situación, por ej. para el caso del tratamiento de OB, no se debe abusar ni aportar una condimentación excesiva, ya que este actuará como estimulante del apetito desde la fase cefálica3. Tejido conectivo. El pollo es una de las carnes que presenta menos tejido conectivo6. Esto hace de este alimento una ventaja fundamental a la hora de progresar dietas sin tejido conectivo a aquellas con tejido conectivo a predominio de colágeno, que de acuerdo a tolerancia se brindará al principio modificado por subdivisión (ej: DA)5.
Conclusión
La carne de pollo es un recurso muy versátil para su utilización en la dietoterapia, sumado a su amplia aceptación de parte del comensal. En este sentido, es fundamental conocer aquellos aspectos fisicoquímicos finales de la preparación para ofrecer la mejor manera de consumirlo de acuerdo a cada situación individual, respetando en lo posible los gustos y hábitos de cada paciente.
Referencias bibliográficas
Fuente: cincap.com.ar
*Por la Licenciada en Nutrición Agustina Marsó (M.N. 3894).
La carne de pollo es un recurso muy versátil para su utilización en la dietoterapia, sumado a su amplia aceptación de parte del comensal. En este sentido, es fundamental conocer aquellos aspectos fisicoquímicos finales de la preparación para ofrecer la mejor manera de consumirlo de acuerdo a cada situación individual, respetando en lo posible los gustos y hábitos de cada paciente.
Referencias bibliográficas
- Medin, Roxana y Medin, Silvina. Alimentos: introducción, técnica y seguridad- 3a ed.- Buenos Aires: Turísticas, 2007.
- Tabla de composición de Alimentos. Argenfoods. Universidad Nacional de Luján.
- María Elena Torresani. María Inés Somoza. Lineamientos para el cuidado nutricional- 3a ed. 1a
Reimpresión. – Buenos Aires: Eudeba, 2011. - Suarez, Marta- López Laura –Alimentación Saludable: guía práctica para su realización. 1a. Ed. – Buenos Aires: hipocrático S.A. 2008.
- Longo, Elsa. Navarro, Elizabeth. Técnica dietoterápica. El Ateneo. 2007.
- Garda, Rita. Técnica del manejo de los alimentos- 2a. Ed. 2a. reimp.-Buenos Aires: Eudeba, 2006.
- Lopez, Laura Beatriz,- Suarez, Marta María. Fundamentos de nutrición normal- 1a. Ed., 4a.
Remipresión.- Buenos Aires: El Ateneo, 2010.
Fuente: cincap.com.ar
*Por la Licenciada en Nutrición Agustina Marsó (M.N. 3894).
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